16 de enero de 2012

Cuando sea grande


Durante la niñez divagaba mucho tiempo, siempre imaginando lo que sería cuando sea grande. Hoy, muchos años después, he recordado algo de eso.


Mi sueño máximo era ser futbolista, el 'siete' de los cremas, ganar una Libertadores y clasificar a un Mundial. Jugar en River y Real Madrid. Vamos, que a los niños se les perdona todo.

En aquella época también creía que quería ser abogado, un gran litigante y hombre de leyes. Con un poco de suerte a la política llegaría. En el transcurso entendí que acá no se litigaba como en Hollywood. Igual postulé a Derecho, por suerte no ingresé.

A menudo fantaseaba con que a los veinticinco me casaría con una mujer muy guapa, con la que tendría tres hijos. Yo los engreiría todo el tiempo, y haría el amor con mi mujer cada noche. Nada más lejano a la realidad, las chicas guapas si se casaron, pero no conmigo, los niños no me simpatizan, y no hago el amor hace más de un año. Aunque pensándolo mejor, ¿en alguna oportunidad hice el amor?

Luego, quise ser músico. Era la forma más fácil y segura de tener muchas mujeres, estar de fiesta todo el tiempo, y ser famoso. Hoy, me queda claro que ¿los niños quieren serlo -y tenerlo- todo, no?

Cuando descubrí que era un negado para la música, decidí que tendría un bar. Repasemos: sexo-fiesta-popular. Hace tres años pude realizarlo, algunas malas decisiones lo impidieron.

Por esos tiempos, me hacía mucha ilusión vivir en una buhardilla del centro de Madrid. Eran años en los que ya deseaba ser escritor, aunque no lo reconocía. ¿Qué creen? No soy escritor, y no vivo en esa buhardilla soñada. Pero es uno de los pocos deseos, que aún tengo ganas de cumplir.

En alguna ocasión pasó por mi mente ser arquitecto. Me parecía increíble el diseñar el lugar donde vivirían las personas, el plasmar sus sueños. Lo descarté rápidamente cuando acepté que no tenía paciencia para las manualidades, y la falta de talento para dibujar era innegable.

Los días en que veía mi escuálido cuerpo frente al espejo, me animaba el hecho de que al crecer haría ejercicios y los músculos saldrían de ese escondite en el que habitaban. Nunca tuve cuando empezar, y la fatiga pudo más que aquel deseo. Total, unos kilitos de más no le hacen daño a nadie.


Hoy, con generoso orgullo, afirmo que nunca quise ser doctor, bombero o prostituto. Tampoco pintor, actor porno o actor de ficción. Mucho menos salvavidas, astronauta o aviador. Mi niñez no fue tan compleja, a Dios gracias. 

Y mi propósito hoy en día, es ordenar mi vida y escribir más a menudo. Espero cumplirlo. Se supone que este fue el primer trote.

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23 de octubre de 2009

Propósitos de cumpleaños



Dos días después de llegar a los veintisiete años, he creído necesario el compartir algunos propósitos que he de cumplir en el lapso hasta mi nuevo cumpleaños.


En primer lugar, y quizás para sorpresa de algunos, me he propuesto el dejar de fumar cigarrillos para dar paso al disfrute de uno que otro puro semanal.

Del mismo modo he decidido intoxicarme menos seguido con grandes cantidades de alcohol que a menudo suelen obligarme a no disfrutar de un hermoso domingo.

Es igualmente importante el aprender a nadar este año, para complementar así mis domingos de verano.

He creído conveniente también, el no abandonar este blog -como hace un año- bajo ninguna excusa y por ninguna presión.

Con la misma firmeza, y determinación, prometo terminar un manuscrito. El cual presentaré, con frescura y cinismo, a algunas editoriales que puedan -y deban- publicarme.

Me comprometo además, a darme el tiempo necesario para empezar a cimentar las bases de la empresa deseada y así asegurar mis sueños de millonario. 

Aunque nadie me creerá -y creo que es lo mejor- es mi intención el matricularme en un gym, donde pueda empezar a transformar esos kilitos de más.

Para cumplir lo antes dicho, será necesario también el no acercarme tan seguido a ciertos lugares de comida rápida que tanto me gustan.

Creo que este año será más sencillo -y si no me las ingeniaré- el conocer recónditos lugares del país, y empaparme de tanta historia que se esconde en la ignorancia del viajero promedio.

Debo intentar, de igual manera, el leer más libros que este año, porque siendo franco la cantidad ha sido demasiado infame.

Por supuesto no puedo olvidar, el ser más cauteloso con la gente que me rodea, para así descartar a ciertos personajes que en el pasado han de quedar.

Y por último, pero por eso no menos importante, procuraré dejar de lado mi fobia a las relaciones y empezar a salir con alguna personita que no sea posesiva, caprichosa, y mucho menos neurótica.


    Eso es todo cuanto pienso tratar, algunos propósitos pueden ser más difíciles que otros, pero la meta es cumplirlos todos.

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    22 de octubre de 2009

    Amores 2.0



    ¿Alguna vez te enamoraste de una foto?
    Yo me enamoré de tu foto
    Sí, yo me enamoré,
    de tus ojos, de tu piel,
    de tu mirada, y de tu calidez.

    Me enamoré también de tus labios,
    de el texto con el que los definiste
    y hasta de los comentarios,
    pero sobre todo me enamoré
    de la frescura de tu ser.

    Y debo admitir -con furibundo deseo-
    que además me enamoré
    de ese estilizado vestido azulino
    que elegantemente mostraba
    aquel escote de desbordante lujuria
    y sublime firmeza.

    Y quisiera enamorarme
    de la melodía de tus caprichos,
    o la sutileza de tus pasos,
    tanto como puedo enamorarme
    de la pasión de tus orgasmos.

    He de aceptar ahora
    que de todo en ti me enamoré
    faltándome sólo conocer
    el aroma y la suavidad
    de tus besos más entregados.

    Dulzura,
    si yo de ti me enamoré
    no hay nada que tú puedas hacer
    son consecuencias inevitables
    de jugar insensatamente
    con la modernidad y la Internet.

    Consecuencias por las que debo reconocer
    que no sólo de tu foto me enamoré
    sino también de la prima que tienes en facebook
    y las fotos de algunas de tus amigas en twitter
    a las que, ciertamente, quizás tampoco conoceré.

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    20 de octubre de 2009

    Soledad y Culpa

    Inmerso en la oscuridad de su elegante oficina, Mariano Rocha lamenta la pérdida del hijo que nunca fue quién él hubiera querido. Agobiado por la culpa reconoce un retrato de Santiago sobre su escritorio, al lado del retrato de su esposa y sus padres, retratos que nunca había visto, pero que deben llevar en el mismo lugar tantos años. En el un adolescente Santiago sonríe como escondiendo que papá no está, que papá no llegó a la celebración. Sonríe para que papá lo vea feliz y no noté que lo volvió a decepcionar. Pero hoy esa sonrisa no causa aquel efecto, por el contrario, tortura la bajeza del político que nunca supo ser padre.

    Hace un año cuando lo obligó a regresar de Texas, no lo hizo porque lo extrañara, sólo quería que su hijo terminara la carrera que había abandonado. Ya no importaba que fuese una profesión donde su intelecto se desperdiciaría, lo único que contaba es que al menos se gradúe. Tampoco es que Santiago fuese un chico problema, tan sólo le jodía su apatía, las pocas ganas de asumir un rol en la vida, el que no se parezca en nada a él. Ya había perdido las esperanzas de que mantenga el legado familiar. El buen nombre político y las empresas. ¡Oiga, si ni siquiera votaba el condenado!

    Mariano recuerda que a los veinticinco años ya era Presidente de la Federación de Estudiantes, y delegado distrital del partido al que pertenece. Su padre, un respetado Senador, jamás lo obligó a ello. Él fue quién, como primogénito y único varón de la familia, decidió estar a la altura del apellido y su tradición política. Por eso nunca comprendió a Santiago, ni sus inclinaciones artísticas. Fue un duro golpe el saber que su hijo estudiaría Arte y no Derecho o Ciencia Política. Nunca lo complació, nunca se sintió orgulloso de él. Deseó tanto el tener otro hijo, pero un problema en el parto había impedido esa opción. Y ahora ya no quedaba ni la posibilidad de que un nieto mantenga su apellido en la escena política del país.
    La vida había sido tan cruel con Mariano, que Santiago era el vivo reflejo de su madre, y no había en él característica física alguna de los Rocha, pese a ello, él jamás dudó de su paternidad. Tampoco intentó ser parte de su vida luego que a los doce años le regalara "Conversación en la Catedral" de Vargas Llosa. Pensando en que ya tenía la edad para empezar a formarse en aquellos campos intelectuales, se sentó durante un mes cada tarde con su hijo, sin resultado positivo alguno. Aquella fue su primera gran decepción de padre, y el hito que marcaría el resto de sus vidas. Con el paso de los años, la distancia se había marcado radicalmente con aquel  muchacho que llevaba su apellido sin respeto ni elegancia.

    La noche del accidente se encontraba en una reunión con el Ministro de Economía, la cual duró hasta altas horas de la madrugada, y aunque le pareció raro la insistencia con la que recibía llamadas de números que no conocía, o que su esposa persista tanto en comunicarse con él desde París, nunca contestó el celular privado. La distancia que lo separaba de su hijo siempre fue tan abismal, que se enteró de su muerte viendo las noticias vespertinas en un canal de cable, como otros miles de televidentes y cuando su esposa ya volaba hacia Lima.

    Sentado aún frente al retrato de su hijo, asume sus errores, y enfrenta las consecuencias de los hechos recientemente ocurridos. Luego de una semana en coma, la chica, del vehículo contra el que impactó Santiago, también ha fallecido. La prensa no ha sido objetiva, y menos al tratarse del hijo de uno de los dirigentes más representativos del oficialismo. Se han tejido versiones que van desde el alcohol hasta las drogas, y la imagen del partido se ha visto afectada. Mariano sabe que nada de eso es cierto, pero a poco menos de un año para las elecciones, es un costo político que no se puede asumir.

    Su amigo, el Presidente, lo ha llamado para pedirle que de un paso al costado. Le ha confesado su pesar por la situación que atraviesa, y le ha reconocido su entrega y dedicación a través de los años. No sólo le ha solicitado que deje el cargo de asesor, sino que también desaparezca de la escena política, al menos hasta que la prensa deje de ser manipulada por la familia Cabañas, que a pesar de estar investigada por lavado de activos del narcotráfico, ha asumido el papel de víctima ante la opinión pública. Mariano le ha recordado que un sector de la prensa ha divulgado que la joven economista se mantenía alejada de su familia debido a sus irregulares actividades, sin embargo el Presidente le ha repetido que espere hasta las siguientes elecciones, quizás sólo hasta las municipales.

    Mariano se levanta y camina hacia la ventana, separa las cortinas levemente y observa, desde el doceavo piso, la noche limeña que se llevó a su hijo. Acepta que en la vida él sólo podía haber sido padre o político, pero nunca ambas cosas. Aunque lo más irónico de ello sea que ahora ya no puede ser ninguno.

    También puedes leer:  Soledad y Destino

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    7 de octubre de 2009

    Un blog, un año

    Ha pasado un año desde que empecé a publicar en este blog.

    Un año de aprendizaje e interacción con quienes valientemente se atrevieron a leerme, animarme, y compartir conmigo sus criticas constructivas.

    Un año en el que algunas personas me mostraron su molestia al ver reflejada, en ciertos posteos, su vida, sus miserias, el dolor que no querían aceptar.

    Un año en el que otras tantas personas creyeron que todo lo que leían necesariamente me había sucedido. Motivo por el que tuve que explicar repetidamente que "cuando los posteos no nacen de la imaginación, lo hacen de un hecho propio o ajeno, que si bien es real, se exagera hasta lograr la ficción". ¿Desgastante no?

    Un año en el que descubrí que el posteo que menos me gustó fue "7 consejos para que te deje la novia", el cual curiosamente ha sido el más visitado. Cuestioné entonces el por qué, y pude entender que hay demasiadas chicas por el mundo deseando deshacerse del  novio, las cuales no tienen mejor idea que tipear en google: "¿Cómo hacer que me deje mi novio?". Bueno, eso no es tan sorprendente en realidad.

    Un año en el que, para variar, volví a perder la inspiración por alguna temporada. Hasta que pude comprender que la vida esta llena de historias que quieren -y necesitan- contarse, sólo hace falta atreverse.

    Un año en el que reafirmé mi decisión de no querer ser un blogger, y mucho menos un blogstar. Por la simple razón de no necesitar la fama 2.0 para que mi autoestima vuele por los aires. Hay que quererse para no estar en la misma bolsa que algunos "x" a los que la fama les llega sólo por relatar en episodios su lastimera vida, relaciones enfermizas y otros hechos que no hablan muy bien del tipo de vida que tienen. Blogs de depresivos, para depresivos. En cambio mis respetos para quienes comparten a través de blogs su afición por algo, anécdotas, o realizan aquello por trabajo en algún medio respetable.

    Y luego de un año, no puedo asegurarles otro más. Como compartí en algún posteo, esto es lo más parecido que tengo a sentirme escritor, pero se acabará el día que algún manuscrito vea la luz. Por la simple razón que necesito que compren los libros, aunque quien sabe y seguimos en contacto desde otra bitácora. ¿Ya nos adelantamos mucho no? En todo caso este año sólo deja algo importante que decir: "Gracias por haberme leído, por seguir haciéndolo ahora, y porque sé que me seguirás leyendo".

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    25 de setiembre de 2009

    El Cholo Vera

    Aquella mañana de otoño Jacinto Vera salió de casa un poco más temprano que de costumbre. Se dirigía como cada Lunes al terminal de Fiori donde subiría al bus que lo llevaría hasta Barranca, un pueblito tres horas al norte de Lima, ahí se desempeñaba durante la semana como guadaespaldas de un empresario afincado en esta zona y dueño de una conocida empresa textil.

    "El cholo" Vera, como lo conocían los amigos, era un ayacuchano de 33 años, convivía con Palmira Choquehuanca, una huanuqueña de caracter sumiso que le había dado dos hijos varones de 8 y 12 años. Con ellos se quedaba, los fines de semana, en un cuartito que alquilaba por ciento veinte soles mensuales En el Agustino, cerca a Puente Nuevo.

    La noche anterior había discutido fuertemente con Choquehuanca, que a pesar de ser una chola obediente era muy celosa, y le había reclamado por su casi inexistente apetito sexual hacia ella, acusándolo de tener seguramente un sancochado con alguna jovencita Barranquina de calzoncito flojo. Él muy tranquilo le había explicado que llegaba cansado y además los niños estaban grandes y ya no tenían la misma privacidad de antes. Palmira, sin embargo, no le creyó nada y se fue a la cama al instante. En la mañana a modo de rebeldía no le había preparado el desayuno y se limitó solamente a pedir el dinero para el gasto de la semana.

    Jacinto llegó al terminal terrestre dos horas antes de lo normal, y su única disyuntiva giraba en torno a si desayunar en Lima o Barranca. Decidió entonces dar una vuelta por las calles cercanas en busca de un buen caldo de gallina que le calmara el hambre matutino. Una cuadra y media más adelante llegó a un pequeño local, donde una piernona en minifalda coqueteaba a los transeúntes prometiéndoles -falsamente- el mejor desayuno de la zona. Jacinto preguntó entonces por el precio del caldo y ella sonriente le dijo: -Tres soles sin presa y cinco con presa mi amor, y además te doy tu yapa- Convencido, quién sabe si por la piernona o por la yapa, pidió uno con presa y se acomodó en una mesa al fondo del local.

    Cuando se disponía a abrir su diario, de cincuenta céntimos, escuchó una voz conocida gritarle: -Cholo, hermanito, ¿qué haces por acá?- Unas mesas  más adelante vio a Ramiro Paredes, un arequipeño con el que había servido en la milicia a inicios de los noventa, ahí había sido su mejor amigo y compañero de parrandas, pero luego de juntarse con Palmira le había perdido el rastro. Jacinto sorprendido se levantó y caminó hasta la mesa de Ramiro, se estrecharon en un fuerte abrazo y se sentó a su lado. Lo miró detenidamente por unos segundos, notó que el "loco" estaba igualito, la misma sonrisa de palomilla y los ojos vidriosos de borracho empedernido.

    -Carajo cholo, ¿qué ha sido de tu vida?- le da una palmada en la espalda, no deja de sonreír -Pensé que te habías regresado a la puna-
    -Acá trabajando loco- no lo mira -Estoy de guardaespaldas pe, me quedo por Barranca los días de semana-
    -Chucha primo, ¿ya no estás con la Palmira?- le hace una seña a la piernona
    -Seguimos juntos loco, me dio dos varoncitos pe. Los fines de semana .. - la piernona los interrumpe, le sirve el caldo a Jacinto, y anota el pedido de Ramiro. El cholo continúa: -Así que a mi señora y mis hijos los veo los fines de semana nomas-
    -Asu causa, ¿y la Palmira te aguanta?- se ríe burlonamente -Ya cholito no te me ases-
    -¿Y tú? ¿qué haces por este barrio loco?- absorbe su caldo haciendo un molesto sonido
    -Recién salgo del telo primo- le hace un gesto obsceno con los dedos -Por acá tengo una germa a la que le hago su mantenimiento de vez en cuando-

    Jacinto se ríe y le palmotea el hombro a Ramiro. Ambos se quedan en silencio mientras comen. El local se va llenando al avanzar el tiempo, la mayoría son choferes y copilotos de los ómnibus interprovinciales, que ojerosos y despeinados van engullendo todo lo que pueden para resistir otras ocho horas de agitado viaje.

    -Oye cholo ¿por qué traes esa cara de estreñido?- se limpia la boca con una servilleta de papel despacho
    -Problemas con la Palmira, loco- acerca un mondadientes a su boca -Esta chamba es complicada-
    -Por eso yo no tengo hembra fija huevón- se ríe pendejamente -¿Qué le hiciste a la Palmira pues?, seguro estas trampeando con una del sitio donde estás-
    -Lo mismo piensa ella loco- mueve la cabeza en símbolo de no -Yo he pendejeado, pero ya hace unos años que le tengo ley a mi señora, me tocó buena, loco-
    -Carajo causa, entonces ¿por qué piensa eso?-
    -Loco, tú eres mi pata, te voy a contar- baja la voz -No me la cacho hace varios meses pe, por eso cree que estoy con otra-
    Ramiro se ríe exageradamente, cuando nota la molestia de Jacinto, se calma.
    -Disculpa causa- le hace un gesto a la piernona -¿Nos tomamos unas cervezitas? Un par nomas, para la sed-
    Jacinto mira su reloj, aún tiene media hora antes de embarcarse. Acepta la invitación de Ramiro, advirtiéndole que sólo dos.
    -Ya causa, el tema lo amerita- les traen las cervezas, Ramiro le sirve a Jacinto -¿Y por qué no te tiras a tu mujer? ¿Ya no puedes?-
    -Estas huevón loco, yo no tengo esos problemas- pone cara de asustado -La huevada es que llego cansado, además los chibolos crecen pe, y la Palmira es gritona- se ríe, Ramiro se caga de risa
    -No seas cojudo cholo, tienes que darle mantenimiento a tu ñorsa- se sirve la cerveza -Mánda a tus chibolos a jugar y cómetela en la mañana-
    -Puta loco, esta chamba me caga- lleva las manos a su rostro, frota sus ojos -Ya estoy ahí nueve meses, y la vaina no es igual- toma su cerveza -Y todavía tengo que perseguir al patrón para que me dea mi plata a poquitos-
    -Asu causa, si la huevada esta así tienes que ser consciente pues varón- se traga un puñado de cancha -La Palmira no va criar sola a tus chibolos. Te buscas otro chamba, o te buscas otra mujer por allá-
    -No pe loco, ya te dije que le tengo ley a mi señora- sonríe -No me quejo, me tiene todo limpio y con la plata que le doy hace magia pa la comida-
    -Mira causita, te doy un dato- saca una tarjeta de su bolsillo - ¿Tú cuánto ganas en Barranca?
    -Seiscientos nomas loco- baja la mirada -Yo quiero que me dean seguro, pero mi patrón es duro-
    -Chucha, entonces esto te va interesar- le da la tarjeta -En mi chamba necesitan personal, y como tú eres guardaespaldas no creo que haya problema- se sirve de la segunda cerveza -¿Tienes tus papeles en orden? ¿Permiso para portar arma?-
    -Sí loco, todo- lee la tarjeta -¿Tú chambeas en eso?
    -Afirma causita- se ríe -Al principio no me acostumbraba, pero la chamba de guachiman es buena. Trabajo mis ocho horas, hago extras, a veces amanecida. Me dan todos mis beneficios ..- el cholo lo interrumpe
    -¿Y la paga?
    -Eso es lo es mejor primo- levanta el vaso y brinda con el cholo -Mi básico es el mínimo, con horas extras y amanecidas saco una luca mensual. Y tengo seguro, y toda esa vaina-
    -¿Y me aceptarán?- pregunta emocionado
    -Yo creo que si primo, pero mejor déjame llamar a mi supervisor. Lo voy a florear que eres mi familia, aguanta un rato-

    Ramiro se levanta y sale a la calle, Jacinto lo observa hablar por teléfono. Esta ansioso, agradece el haberse cruzado con el loco. Se siente mal porque nunca lo buscó después de juntarse con la Palmira, y ahora él se porta tan bien. Piensa que así son los buenos amigos y desde hoy lo frecuentará más seguido, aunque no salga lo de la chambita.

    -Listo causa- se llena el vaso de cerveza -Estas con suerte, necesitan un efectivo en un casino de La Marina. Ya te recomendé con el Supervisor. Su apellido es López, la vaina es que tienes que verlo esta misma tarde. ¿Puedes?-
    -Carajo, si viajo no puedo- se lleva las manos a la cabeza -¿Qué tan seguro es loco?
    -Huevón, si tus papeles están en orden, empiezas mañana mismo- se sirve lo que queda en la botella
    -No viajo entonces, como está comenzando el mes no pierdo mucho- termina su cerveza -Así vaya, el patrón la va hacer larga con lo que me corresponda, le voy a renunciar por teléfono nomas-
    -Listo cholo- se levanta, le extiende los brazos -Ya tienes chamba nueva causita-
    -Gracias Ramiro- corresponde el abrazo -No te voy a fallar promoción-
    -Nada huevón, eso sí primo- pide la cuenta con un gesto, continúa -Tú pagas la cuenta y  cuando cobres tu primer sueldo nos metemos otras chelitas-
    -Claro pe loco- lo vuelve abrazar -La Palmira se va poner contenta-
    -Se va poner contenta cuando te la caches cholo- se ríe -Anda rápido, te la comes, y después te vas a la dirección que te apunté en la tarjeta-
    -Eso haré entonces- se dan la mano despidiéndose
    -Causa- le dice Ramiro -¿Me estas regalando tu maletín?
    -Pucha loquito, me salvaste- se acerca  a la silla, toma su maletín, le da la mano de nuevo
    -Oe cholo, el número de celular que puse es el mio- prende un cigarro -llámame cualquier vaina-
    -Ya loquito, suerte y gracias de nuevo- recibe el vuelto de la cuenta, le alza la mano y se despide.

    Jacinto sube a la primera combi que pasa. Su rostro esta relajado y esboza una sonrisa contagiante. Quiere darle una sorpresa a Palmira y esperar que los chicos lleguen del colegio, se van a poner contentos. Pero antes tiene que reconciliarse en la cama con su mujer, está tan feliz que se le ha parado de sólo pensarlo. Aún son las nueve de la mañana, así que la vía esta despejada y llega rápido hasta Puente Nuevo. Se baja y toma otra combi que lo dejará siete cuadras más adelante. Antes de entrar pasa por la tienda de Don Carlos, compra una gaseosa de tres litros y dos chizitos.

    Hechas las compras de rigor camina apresurado hacia su casa, abre la puerta del corredor y se dirige a su cuarto. Saca la llave del bolsillo, siente unos ruidos extraños que provienen de adentro. Duda, abre intentando no hacer ruido y se encuentra con una escena que no esperaba. Su mujer está desnuda, dandole la espalda, montada sobre un hombre y gimiendo como una gata en celo. Jacinto estupefacto suelta el maletín y la bolsa con las cosas que ha comprado. El ruido no distrae a Palmira, que sigue cabalgando con mayor frenesí. El cholo reacciona y lanza un grito: -¡Palmira! ¿Qué carajo haces?- La mujer voltea y se cubre con una sábana, se queda muda, apenas puede respirar. La sorpresa para el cholo es mayor cuando mira al tipo y se da cuenta que es su compadre Sixto. Retrocede un paso, se lleva las manos al a cabeza, los mira con desprecio y grita nuevamente:

    -¿Con el Compadre? ¿No podías revolcarte con otra persona? Eres una perra,  ¿y así intentabas celarme anoche?- golpea la puerta con el puño -¿Hace cuánto basura? ¡Dime! ¿Hace cuánto te acuestas con este hijo de puta?
    -Recién cholito, recién hoy día- tiembla, intenta acomodarse la sábana para levantarse de la cama -Lo hice porque me tenías abandonada y justo el compadre vino y no sé qué pasó .. -
    -No mientas chola mal nacida- la interrumpe, ella intenta levantarse -No te me acerques, no te atrevas-
    -Tranquilo Jacinto por favor, hablemos- dice ella desesperada
    -Y ahora quieres culparme, cagada de mierda- patea la puerta, mete la mano dentro de la casaca y saca su arma de trabajo, se acerca a su compadre Sixto, ante el terror de su mujer, le apunta directamente y le dice: -La verdad o te mueres cabrón de mierda, ¡La Verdad! ¿Hace cuánto te acuestas con esta basura?
    -¿Qué hace compadre? Cálmese .. -
    -Responde pendejo- grita Jacinto -Y más vale que no mientas, porque si no te creo aquí te quedas-
    -No sé compadre, siete meses, no estoy seguro- Palmira lo mira, se lleva las manos a la cara, Jacinto se ríe, él intenta vestirse mientras habla -Compadre baje esa arma por favor-
    -Claro pe, yo sacándome la mugre en el norte y ustedes revolcándose en la cama que yo he pagado, en el cuarto donde viven mis hijos- ahora le apunta a Palmira -Qué par de malparidos-
    -Cholo ya baja esa arma, perdóname amor- dice ella desesperada
    -¿Qué te perdone? Claro, eso haré ahora mismo

    Jacinto los mira, se ríe y dispara al pecho de su mujer, gira hacia su compadre que lo mira horrorizado y le dispara del mismo modo. Suelta el arma sobre la mesa que está al lado de la puerta, levanta la bolsa y saca la botella de gaseosa, se sirve en un vaso y se sienta en el suelo apoyando la cabeza en la puerta, desde ahí observa la macabra escena de los amantes ensangrentados sobre la cama. Bebe de un sólo sorbo la bebida, mientras escucha voces desesperadas en el corredor. Vuelve a sonreír sin culpa y dice: -¡Me cagaste loco! ¡Me cagaste!-

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    16 de setiembre de 2009

    Consejos para mis amigos (y enemigos)


    Siendo consciente que en los últimos años me he permitido el saludable placer de reducir constantemente mi lista de amigos -a tal punto que no me animo a realizar una fiesta de cumpleaños para siete personas-, he decidido compartir también estos consejos con todo aquel -o aquella- que se considere mi enemigo.


    No pierdan el tiempo buscando o esperando el amor, es más práctico disfrutarlo con todos los candidatos -o candidatas- disponibles.

    No quieran ser buenas personas -dejen aquel trabajo a los sacerdotes y psiquiatras-, evitarán meterse en líos de los cuales no será fácil salir.

    Quiéranse, mírense desnudos al espejo, acaríciense con paciencia y cariño. Una buena paja es el mejor modo de empezar a conocerse -y quererse-.

    Mientan descaradamente de vez en cuando, podría salvarles la vida algún día.

    No vivan haciendo planes, el único plan es vivir, y vivir bien.

    Realizen sus sueños, ninguno es lo suficientemente inalcanzable, pero sobre todo nunca vivan a la sombra del sueño de alguien más.

    Al menos una vez báñense desnudos en el mar -procuren estar sobrios-, es la mejor forma de purificar el alma.

    Fumen todos los cigarrillos que puedan, y si es posible llenen de humo a los no fumadores.

    Cuando dejen de fumar no se priven del placer de disfrutar un habano, acompañado de un whisky y un buen amigo.

    Escriban un diario, sus nietos merecen reírse de sus estupideces.

    Vivan para ustedes, nunca para los demás.

    Si les descubren una amante, no pierdan el tiempo disculpándose. Conviertan a la amante en la oficial, y consigan una nueva amante.

    Si eres atractivo y no sabes bailar, no te hagas problema. Si no lo eres, matricúlate en una escuela de baile.

    Si son ricos, cásense con bienes separados. Si no lo son tanto, ni lo piensen.

    Si pueden irse de este país, háganlo. Nadie los extrañará, si les dicen que sí, desconfíen.

    No hagan intercambio de parejas, a menos que vayan con la no oficial.

    Hagan el amor en un avión, sobre una lavadora y en un ascensor. Si su trasero es conocido en la oficina, no lo hagan sobre la fotocopiadora.

    Si te hacen daño no justifiques a esa persona. Si esa persona te pide perdón, no aceptes.

    Si tú haces daño, no pidas perdón. Si te perdonan, no aceptes.

    No te arrepientas nunca. Si te arrepientes estás jodido.

    Si te enamoras, no lo divulgues. Hacerlo te volverá vulnerable.

    No regresen al pasado, no vivan del futuro. Disfruten el presente.

    Controla tus sentimientos. No ames más de lo que te aman. Es falso que el amor da todo sin esperar nada a cambio.

    Sólo a mis enemigos: al menos una vez hagan el amor con una persona de rasgos indígenas, háganlo en nombre de la lucha contra el racismo.

    Sólo a mis amigos: no decidan con el corazón, la mayoría de veces aunque se sientan bien, arruinarán su vida.

    Sólo a mis enemigos: sigan considerándome su enemigo, exaltan mi ego.

    Sólo a mis amigos: regálenme cosas lindas -y caras- en mi cumpleaños, aquello de "no debiste molestarte" o "no era necesario" son viles mentiras.

    Y sobre todo no escriban un blog, la gente no merece bostezar con sus patéticos posteos -como éste-


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    10 de setiembre de 2009

    El Tonto

    El tonto en realidad no siempre es tonto. Al menos no con particularidad. Sagaz para los negocios, un sinvergüenza total. De aquellos que no se inmuta al pagar la cuenta y se cuela en cualquier lugar. El tonto también es inteligente y muy vivaz. Con un coeficiente superior al resto, va por la vida teniendo en jaque a los demás.

    Pero el tonto por algo es tonto y no exactamente por simple aburrimiento. Sepamos que su perdición es una mujer, experta en volverlo estúpido, retardado, lerdo, crédulo, patético, un cojudo total. Lo embruja lentamente y lo amordaza con la sutileza de una serpiente cascabel, envolviéndolo en la efímera felicidad de una cogida sobrenatural -que fue sobrenatural sólo para él-.

    Al tonto siempre le gustaron los cómics, quizás por eso le sea tan simple creer las inspiradas y delirantes historietas con las que se excusa su traicionera amada. Pero si de tanto en tanto -en un momento de pseudo lucidez- una historieta no es lo suficientemente convincente, siempre es buena la falsa promesa de un mañana mejor, que a él -tolerante pusilánime- le renovará la esperanza de un amor sin igual.

    El tonto sabe que es tonto y no le importa. Le gusta la mierda en la que vive -o mejor dicho se revuelca- y la disfruta. Sentirse víctima es excitante y hasta orgásmico. Luego, ser comprensivo es divino y celestial. El tonto ya se ha hecho a la idea que no hay mujer que lo respete, por eso siente que es mejor furcia ya conocida -así sea histérica, conchuda y caradura- que furcia por conocer.

    El tonto es feliz siendo tonto, o al menos eso cree. Lo cierto es que mucha gente nace con esa vocación -la de incólume tonto del amor-, pero pocos son los que tienen el desparpajo de afrontarlo con el valor -o sublime descaro- con el que lo hace nuestro querido tonto. Como sea, si de algo está seguro el tonto, es de que es un tonto útil, al menos para su desalineada e impresentable compañera


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    15 de noviembre de 2008

    Mi dulce y tierna Aline




    Si pienso en Aline, recuerdo sus postres exquisitos y ese aroma a galletas, recién horneadas, que se impregnaba en la cocina. Pero sobre todo, aún añoro, esas tardes divertidísimas, tirados en la cama, jugando yan-ken-po, felices, sin malicia, y sólo con la ternura de acariciar nuestras manos sonriendo por todo.

    Aline era la chica más linda que había aceptado ser mi novia. Cuando salíamos a dar un paseo , yo siempre la llevaba de la mano. Me gustaba pensar que los hombres, que la veían, me envidiaban, eso me producía un placer inmenso.


    A ella no le gustaba que andara vagando, y yo era muy vago. Antes de conocerla me la pasaba en los billares y parques cercanos a la universidad. No hacíamos nada prohibido, sólo cosas que no sean estudiar.

    Yo no sabía por qué Aline había aceptado estar conmigo. Tampoco se lo pregunté pues no quería demostrar inseguridad. Pero era consiente que en ese tiempo yo no debía ser el tipo de chico ideal para una muchacha estudiosa, metódica y muy linda.

    Aline siempre estaba sola en su casa. Su papá vivía en Canadá desde que ella era pequeña, y se había casado nuevamente con una norteamericana. Aline nunca había querido ir a visitarlo, decía que sentiría que estaba vacacionando con extraños. En cambio, su mamá no había tenido otra relación, vivía para su trabajo y su hija.

    Aline me contaba que la engreía mucho, le compraba todos los caprichos que pedía, y nunca la gritaba. Su mamá confiaba mucho en ella, no se molestaba cuando nos encontraba de noche, solos, hechados, abrazados, viendo la televisión en el sofá.

    Aline era virgen, y yo no quería que dejara de serlo. Me gustaba mucho como para acostarme con ella. El sexo me parecía muy sucio y nada tierno. Aún, a veces, lo pienso.

    Aline y yo, sólo nos besábamos, y nos tocábamos un poquito, calladitos, cómplices, sonriendo.

    Nunca hicimos el amor, pero si dormíamos desnudos, con su cabeza sobre mi pecho, las piernas entrelazadas, y dejándome sentir el aroma, a manzanas, de su cabello. Podíamos pasar horas en esa posición, conversando de nuestros planes, diciéndonos cuánto nos queríamos. Para nosotros esas interminables siestas eran el modo de probar la confianza que nos teníamos.

    Un día, después de cumplir los siete meses, y mientras comíamos galletas de chocolate, jugamos a confesarnos algo. El yan-ken-po decidió que ella empezara.

    Recuerdo que lo dijo sin titubear, muy rápido y sin mirarme. Al principio pensé que era una broma, pero la conocía, y supe luego, que lo decía en serio.

    Esa tarde descubrí, que a mi dulce Aline le gustaban las mujeres, aunque ella no quería ser así. Me aseguró que nunca había tenido una experiencia lésbica, y que me amaba tanto que sabía que sería feliz conmigo, y nos casaríamos.

    Yo, que era muy tonto y estúpido, terminé con ella y me enojé muchísimo. Ella me pidió que no la dejara, que la ayudara. Pero no supe comprenderla, y me fui mientras ella lloraba.

    Después de ese día, no volví a hablarle, y la evite siempre que pude.


    Una noche me di cuenta que no iba a clases, y cuando pregunté a una amiga suya, me enteré que se había ido a vivir a Canadá.

    Hace unas semanas, después de siete años, me he cruzado con ella en una discoteca limeña, se veía radiante y más guapa que antes. Cuando me vio, se acercó, y me saludo con mucho cariño. Conversamos muy poquito por el ruido, pero me pidió encontrarnos al día siguiente en un café al que antes íbamos. Yo aún confundido, acepté y nos despedimos.

    Al día siguiente hemos recordado muchas cosas, y nos hemos reído. No me reprochó la actitud que tomé, ni siquiera la ha mencionado. Muy entretenida me ha contado que se casó con un canadiense, con el que tiene una hijita de tres años, que viven en una casa enorme en Vancouver, con una chimenea como la que me gustaba, y cuando hace frío, y la enciende, se recuerda de mi, y de como nos podríamos divertir en la nieve que tanto añorábamos.

    Su mami también se fue a vivir allá unos años después, y ahora que su papa se ha divorciado, increíblemente están intentando retomar el tiempo perdido, ella está feliz por eso, porque su papi es un buen hombre, al que juzgo mal antes, y está arrepentida.

    Dice que ha venido sola, al matrimonio de Liliana, su prima y su mejor amiga, y que sólo se quedará unos días, porque extraña mucho a su gorda, a quién dejó con sus papis. Me enseñó una foto y se emocionó, lloró un poco, y dijo lo que nunca debió mencionar, algo que yo no quería oír, me dijo que la niña de la foto debería ser mi hija. Y yo, que no suelo hacerlo, también lloré.

    Aline, como en la época que eramos novios, ha dejado nuevamente mi corazón al desnudo, me ha arrancado esa careta de hombre duro que nunca se enamora, y ha hecho añicos mi egocentrismo. Sabe, perfectamente, como tocar mi alma suavemente, como mirarme y hacerme sentir vacío.

    Ha proseguido con explicaciones de por qué se fue, que era inevitable ya que su mami tenía problemas económicos. Que le preguntaba a menudo a Liliana por mi, pero ella le decía que yo jamás le hablaba sobre ella. Me dijo, que a veces pensaba que intentaría ubicarla, y luego me iría a vivir para allá y nos casaríamos. Cada palabra es un golpe duro, a mi bajeza, a mi egoísmo, a lo que he perdido.

    Aline dice que conoció a su esposo esquiando, que es un hombre increíble y la trata muy bien. Ella está muy enamorada y lo ama, pero necesitaba esta conversación conmigo, pues la ayuda a cerrar una etapa.

    Antes de irse, porque tiene charlas en la iglesia donde se casará su prima, me ha dicho que hubiera querido que alguna vez hagamos el amor, que siempre me va recordar con cariño, y que, sobre todo, espera que encuentre el amor pronto.


    Yo no he dicho mucho, o he hablado poco. Lo cierto es que no pensé mucho en ella estos años, y prefiero no decirlo. Pero el verla, el recordar nuevamente, ha hecho que mi corazón se confunda sintiendo que perdí a la única mujer con la que debí casarme.

    Lo que me duele más, es que así se hubiera quedado en Lima, estoy seguro que no hubiera vuelto a hablarle, que no estaríamos juntos. Y lo más anecdótico de todo, es que la dejé pensando que no podría ayudarla, y ella me ha demostrado que sólo estaba confundida.

    Buen viaje Aline, ten más hijos, camina descalza, prepara galletitas para tu esposo, duerme la siesta, disfruta la nieve, adora a tus papis, juega yan-ken-po con la nena, haz tu caminata diaria, y sobre todo, nunca abandones a quien amas.



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    12 de noviembre de 2008

    Todos me aconsejan



    Foncho dice que debo conseguir una novia porque los hombres necesitamos algo más que diversión y hacer los que nos da la gana. Otras veces insiste en que deje la vida material, y crea en cosas intangibles, y por supuesto, que por nada del mundo muera sin trascender.

    Fer siempre me está diciendo que no debo salir tanto los fines de semana porque las noches y sobre todo la calle es peligrosa, y un día de estos voy a sufrir un percance. También me recomienda que duerma siempre ocho horas, porque eso me permitirá desempeñarme mejor en mis labores diarias.


    Mi hermana siempre me esta aconsejando que aprenda ingles, porque lo pronuncio horrible y eso es muy feo en un chico que aspire a cosas importantes. Ella también me repite, a menudo, que aprenda a manejar y me compre un auto, para que pueda llevarla a todos los sitios que quiera y esperar, en algún frío estacionamiento, que acabe de hacer sus compras.

    Mi mamá me recuerda, todos los días, que no me vaya a dormir sin rezarle a Papalindo, y que incluya en mis plegarias a la gente que alguna vez me ha dañado. "Porque es muy malo ser rencoroso hijito".

    Mi viejo insiste, cada vez que puede, en que deje de fumar. Porque el Enfisema es horrible, y además los verdaderos hombres no deben tener vicios. Así que debo tener la fuerza de voluntad, que el tuvo ya hace algún tiempo, para dejar el cigarrillo.

    Una amiga muy ardiente me ha sugerido que tome cialis o viagra, porque la mayoría de chicas no se conforman con sólo tres horas de entretenimiento sexual, y se necesita por lo menos de una tarde entera para explorar sus más retorcidas fantasías.

    Un amigo muy querido me ha dicho que no lee este blog, porque yo escribo muy sencillito, y un escritor tiene que usar palabras difíciles. "Si no cualquiera escribiría pues chino".

    Otro buen amigo que radica en el extranjero, me ha propuesto que en unos años invirtamos en la industria pornográfica. Dice -y quizás con mucha razón- que en el sexo está el dinero fácil y bien ganado.

    Un crédulo conocido me dijo, al enterarse que ocasionalmente descargo alguna película porno, que debo tener mucho cuidado porque hay una red internacional de personas que están rastreando a todos los pajeros del planeta y publicaran nuestros nombres algún día en la Internet.

    Una de mis mejores amigas -mentira, no tengo amigas mujeres- me ha sugerido que no me vuelva a dejar crecer el cabello porque no me queda bien. Y un hombre siempre debe procurar verse lo mejor posible.

    En cambio otro viejo amigo -literalmente- me recomendó que no use mucho gel en el cabello. Porque cuando el tenía mi edad también lo usaba y ahora ya no tiene donde aplicarlo. "Y eso chino, que a tu edad, yo tenia mucho más cabello que tú".

    Mi primo me dice que no debo poner excusas cuando no voy al estadio, porque a la "U" no sólo se le puede ver por televisión. Y si sigo así, él va dejar de creer que soy hincha del equipo.

    Otra amiga de diversiones me pide que me meta urgentemente a clases de baile porque soy demasiado duro. "Y, o aprendes a bailar rápido, o mejor ya no me llames chino".

    Son tantas las personas que andan preocupadas en lo que yo debería hacer, que a veces me pregunto si, con la misma frecuencia, piensan unos segundos en lo que deberían hacer ellos. No importa, porque todos, menos el crédulo, tienen razón.






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    11 de noviembre de 2008

    Corazones rotos


    Es de noche, pasada las siete. Rafael llega puntual a un Café de Miraflores, se nota preocupado e impaciente a la vez. Camina hacia una muchacha que está sentada bebiendo un capuccino. La saluda con cariño y se sienta. Pide una taza de chocolate, como cada jueves, y prende un cigarrillo.
    -¿Llegaste hace mucho?- le pregunta él
    -Hace diez minutos- ella sonríe -Como siempre Rafa
    -¿Me llamo alguien después que salí?
    -Nadie cariño- le acaricia la mejilla -Siempre tan pendiente de eso
    -Es que esperaba una llamada del Ing. Larraeta- toma un poco de chocolate -Estamos contra el tiempo en su caso
    -Pues no llamó, pero tranquilo, si es urgente se comunicará a tu celular
    -Está apagado- hace un gesto de preocupación -Me quedé sin pila
    -Con razón te siento tenso- lo mira con ternura -Llegas a tu departamento y le haces una llamada, no te compliques amor
    -Es tan fácil para ti decirlo- responde molesto -A tu edad todo parece sencillo
    Ella es diez años menor que él, y emana esa frescura veinteañera que se va desvaneciendo con el tiempo y las responsabilidades.

    -Espera Rafa- mueve la cabeza contrariada -No te descobres conmigo. ¡No te pases!- mira hacia afuera, apoya el mentón sobre su mano.
    -Es que no lo entiendes- resopla mientras intenta descubrir que mira ella en la calle
    -¿Entender qué Rafa?- voltea, lo mira nuevamente a los ojos -Que te digo que estés tranquilo y tú te molestas por eso. Que me heches en cara mi edad- ahora se nota triste, se lleva la mano al rostro -En fin, no te diré nada más al respecto
    -No es sólo eso- le dice y toma su mano derecha -El caso del pendejo de Larraeta es lo que menos importa ahora
    -¿A que te refieres?- pregunta ella alarmada, le aprieta la mano
    -Somos nosotros cariño, se ha complicado todo.
    -Sé más claro por favor Rafael- suelta su mano, se pone seria
    -Quiero que entiendas que tengo demasiada presión ¡Eres mi Asistente!- se queda en silencio unos segundos, prosigue -Si se dan cuenta estoy perdido. Hay mucho en juego
    -¿Si se da cuenta quién?
    -Alvaro. Tú sabes que él es el socio mayoritario y además ...
    -Ya veo por donde viene todo- lo interrumpe, se exalta -Esto no tiene que ver un carajo con el trabajo. No inventes. Tendré veinticinco, pero no soy cojuda
    Ambos se quedan en silencio. Él la mira con ternura: joven, radiante, llena de sensualidad. Aún lleva el traje de la oficina, que es azul marino, con la blusa muy pegada, y las panties negras que tanto lo enloquecen. Comenzaron su relación un año después que llegase a reemplazar a Mirna, su antigua asistente, quien se casó con un tipo que le prohibió seguir trabajando. No se puede negar que hubo química. Ella siempre estaba atenta a todos los detalles de trabajo, y también se daba maña para solucionarle asuntos personales antes que él se lo pidiese. Pero no fue hasta el incidente del maletín marrón, que se desato lo inevitable. En ese tiempo estaban llevando un caso muy complicado, el del Gral. Barrios, quien fue acusado por malversación de fondos logísticos en la FAP, y había que trasnochar revisando toda la documentación pertinente, hasta que una noche se dieron cuenta que el maletín marrón, dónde estaban todos los expedientes, había sido olvidado por ella en su departamento, para ganar tiempo decidieron trabajar ahí esa noche, sin embargo, entre cafés, chocolates, y la complicidad del silencio, dieron rienda suelta a sus sentimientos y deseos. Por la diferencia de edad y lo complicado del entorno laboral, acordaron olvidar lo sucedido, algo que no fue posible por la candente atracción que los consumía. Desde entonces han pasado ocho meses, siete viéndose todos los jueves en el mismo lugar.
    -Te amo Rafa- rompe el silencio -¿Tú me amas? ¿Alguna vez me amaste?
    -No me hagas ésto Carla -cierra los ojos, suspira- Se supone que debería ser sencillo
    Respóndeme! Sólo te pido eso -grita levemente, algunas personas voltean a observarlos.
    -Sí, ok. Sí, te amo- le sonríe -Incluso desde mucho antes de estar juntos. Tú me devolviste la alegría, me hiciste sonreír ¿Cómo podría no amarte?
    -Entonces por qué tendríamos que terminar lo nuestro- ahora es ella quien toma su mano -Acaba con Susana, llevo mucho tiempo esperando que tomes el valor y la determinación de hacerlo
    -Es una locura. Eso no va suceder ni hoy, ni mañana - le dice en tono imponente -Tú sabes que me casaré en tres meses
    Carla se lleva las manos al rostro, intenta ocultar las lágrimas que no quiere hechar, se seca delicadamente con un clinex. Lo mira triste y le dice:
    -Pensé que recapacitarías, que te darías cuenta que no vale la pena casarse con alguien a quien no amas- busca un cigarrillo en su bolso -No puedo creer que estés terminando conmigo
    -No puedes decir eso- acerca el encendedor a Carla, le prende el cigarrillo -Yo nunca te mentí, siempre te dije que no daría marcha atrás con el compromiso. Tú me conociste cuando ya le había dado mi palabra
    -No me hagas reír Rafael- usa un tono irónico -Esto no tiene que ver un carajo con tu palabra u honor. Esto se trata de tus asquerosos intereses
    -Puedes decir eso, pero yo he luchado mucho por hacerme un nombre en ese Estudio. Y casarme con Susana me ayudaría mucho. Es la hija de Alvaro, el socio mayoritario. Él no tiene hijos hombres, ni hijas que estudien leyes. Comprende, es mi futuro
    -Un futuro infeliz- toma su bolso, se pone de pie -Si tú crees que él dinero y el poder son más importantes que el amor, esta bien. No hay dramas. Tienes razón, yo te conocí comprometido y no tenemos nada más de que conversar- acaricia su mejilla -Y no te preocupes, no haré algo que vaya contra tus planes. Hasta mañana
    Carla sale del Café rápidamente. Rafael paga en caja y va tras ella a paso raudo. Al fin logra alcanzarla en el Parque Keneddy. Le pide que pare porque aún tienen que conversar. Ella intenta ignorarlo, pero él la toma del brazo y la jala. Ella se sienta en una banca, tiene los ojos llenos de lágrimas
    -Déjame ir por favor- le pide furiosa
    -Aún no, tengo que pedirte algo más- no la mira, observa a las personas que caminan cerca
    -¿Qué? Sólo te falta pedirme que sea tu amante después que te cases- habla con rencor -Así que mejor piensa bien lo que vas a decir
    -No te pediría eso. Aunque me estés odiando, yo te amo Carla
    -No lo digas, me da nauceas escucharte mencionar esas palabras. Dime de una vez que es lo que quieres y así puedo irme
    -Mira, he hablado con el Doctor Velasco, él está de Jefe en Registros Públicos y me comentó que necesita personal. La paga es muy buena, te conoce, y está dispuesto a darte el trabajo inmediatamente
    Carla lo mira sorprendida, se lleva las manos a la cabeza y se levanta.
    -Me das asco- ya no esta llorando, ahora solo tiene decepción en la mirada -En verdad, no puedo creer lo que me estas pidiendo. ¿Acaso piensas que le diría a tu futuro Suegro lo que pasó entre nosotros? ¿O crees que llegaré a la iglesia a impedir tu boda? Lamento decirte que esto no es una telenovela, y que tu ego está muy por las nubes. Tú no vales la pena como para hacer algo así
    -No es por eso Carla. Creo que debí empezar por contarte que es lo que me ha llevado a decidir todas estas cosas
    -¿Hay algo más?- se ríe sarcásticamente -Vamos, dime que fue lo que te impulso a tratarme como una cualquiera. Estoy ansiosa por saberlo
    -No digas eso, jamás te trataría como una cualquiera- intenta abrazarla
    -¡No me toques!- grita, la gente los observa -Y dime de una vez que pasó
    -Esta bien, tranquila- se aleja unos pasos -Anoche dejé por casualidad mi celular en casa de Susana, por eso ahora esta descargado. Yo no me percaté de ello hasta que me desperté hoy. En la mañana la llamé a su celular y estaba apagado, así que fui a buscarlo a su casa, pero la empleada me lo dio ni bien llegué. Me dijo que Susana se lo había dado temprano, y le pidió que si iba, no la despertara.
    -¿Y que tiene que ver eso con nosotros?- pregunta ella alterada
    -Que fui descuidado- está pálido, sus manos inquietas- No borré el último mensaje que me enviaste ayer, en el que me decías "ya quiero que sea mañana y estemos calientitos en mi cama"
    Carajo Rafael!- exclama ella, ahora también se nota preocupada -Alvaro me va despedir, nos va a despedir a ambos
    -Por eso quiero que entregues tu carta de renuncia mañana temprano, antes que Susanita hable con el viejo. Velasco te va recibir cuando vayas a su oficina, el trabajo es seguro porque me debe un favor hace mucho tiempo.
    -Lo sé, y haré lo que me estas pidiendo. Pero no por ti, sino porque tengo que seguir trabajando para pagar mi titulación y la maestría- lo mira con desprecio -En parte será mejor que no te vuelva a ver, me has destrozado la vida
    -Lo lamento Carla. Yo nunca te dije que dejaría a Susana
    -Pero ella te va dejar ¿Estas seguro que vio el mensaje?
    -Sí, hoy la he llamado todo el día y sólo me respondió antes de salir de la oficina. Estaba muy seria y me dijo que quería hablar conmigo, pero no en su casa.
    Carla se acerca despacio a Rafael, le acomoda la corbata. Lo abraza
    -Si ya lo sabe, porque pasamos por todo esto. Quédate conmigo. Tú puedes conseguir otro trabajo, incluso mejor que el que tienes ahora. Y estaríamos juntos. No acabes con este amor que nos tenemos, no vale la pena cariño
    -Sabes muy bien que no hay un trabajo mejor. El estudio de Alvaro es el más prestigioso de Lima- ella se aleja de golpe -Te amo Carla, pero no voy a permitir que Susana acabe con nuestro compromiso. Yo sé como hacerla entrar en razón- se queda unos segundos en silencio -Es lo mejor para mi, y no voy ha hecharlo a perder ahora
    -Eres un cretino- le da un golpe en el pecho, esta llorando -Lo de Velasco no es porque yo te preocupe. Lo que estás haciendo es entregarle mi cabeza a tu novia para que te perdone- intenta darle otro golpe, pero él la toma fuertemente de las manos -¡Sueltame! ¡Te odio! Tú no me amas, no quiero volver a verte en mi vida
    -Lo lamento Carla, ojala me perdones algún día. Ojala yo me perdone el dejarte cuando te amo tanto
    Cállate!- recoge su bolso de la banca, se acomoda el cabello -Y si un día te arrepientes, no pierdas el tiempo en buscarme. Tenías que decidir hoy, y ya lo hiciste
    Rafael la observa desaparecer en el Ovalo Pardo. Había querido seguirla, pero se detuvo porque no tenía sentido hacerlo, era mejor dejarla ir.
    Espera unos minutos y se dirige al auto, mira la hora, tiene quince minutos para ir a su departamento y encontrarse con Susana. A ella la conoció meses después de entrar a trabajar con Alvaro, en una cena familiar a la que fue invitado. La empatía se dio de inmediato, y ella colaboró mucho para que las cosas se dieran rápido. Alvaro al principio se opuso a la relación, pero Susana como experta hija caprichosa logró la aceptación de su padre. El compromiso tomó a todos por sorpresa, e hizo muy feliz al futuro suegro, huerfano de un hijo que pudiese prolongar su legado, Rafel era un diamante en bruto que lo haría estupendamente.
    El tráfico lo ha retrasado un poco. Cuando llega a su departamento, en Surco, Susana esta apoyada en su camioneta hablando por el nextel. Al verlo, corta la llamada de inmediato y lo saluda fríamente con un beso en la mejilla.
    -Disculpa por el retraso, ya sabes que el tráfico de Lima a veces se pone insoportable- se excusa él como si todo estuviera bien
    -No te preocupes- le responde ella
    -¿Por qué no me esperaste adentro? Para eso te di la llave mi amor. ¿La olvidaste?
    -No es eso Rafael. Sólo que no deseo subir- le dice seria -Quisiera que hablemos acá. En verdad no tengo mucho tiempo.
    -Ok, si eso quieres- dice él, fingiendo no saber que sucede -¿Es algo sobre los preparativos de la boda?
    -Se podría decir que sí- duda, luego prosigue -No es fácil para mi, no he dormido pensando en ello
    -Mira, si se trata del celular que olvide en tu casa, quiero que entiendas ...
    -¿El celular?- ella lo interrumpe -Lo encontré tirado detrás del mueble en la mañana, me di cuenta porque estaba sonando la alerta de la batería baja.
    -Por eso, quiero explicarte ...
    -¿Explicarme qué Rafael?- vuelve a interrumpirlo -Para mi es difícil decirte esto, no lo compliques más
    -Es que estás confundida, no digas nada amor
    -Nunca pensé que esto pudiese pasar- mira el suelo, juega con sus dedos -Quiero que cancelemos la boda- intenta entrar a la camioneta, él la detiene, la abraza, ella llora
    -No vamos a cancelar nada mi amor. Tú no sabes lo que dices, todo es un error
    Ella se separa de él. Se tapa la cara con las manos, respira hondo. Vuelve a mirarlo más calmada. Le dice:
    -Estoy enamorada de otro hombre. No me puedo casar contigo, perdóname
    Rafael queda sorprendido, en silencio. Su rostro está desencajado.
    -Anoche me di cuenta que no puedo privar mis sentimientos- prosigue ella -Es más fuerte que yo, se que no me vas a entender, pero sucedió sin darme cuenta
    Rafael no sabe que decir, la escucha callado, con la mirada perdida.
    -Y necesito que sepas que nunca te engañé- suena desesperada, con mucha culpa -Es alguien con quien paso mucho tiempo por trabajo, y las cosas se dieron sin darme cuenta. Ayer me llamó en la noche, luego que te fuiste, hablamos horas y me dijo que me quería, recién ahí supe que yo también lo quería
    Rafel ya casi no la escucha, empieza a pensar en Carla, se arrepiente.
    -Hoy estuve todo el día con él y acordamos que te diría la verdad- intenta justificarse a toda costa, no nota que Rafel esta paralizado -Pero no pienses mal ya. Sólo hablamos. Le conté lo maravilloso que eres conmigo, y que no es culpa tuya lo que me esta pasando. Pucha Rafa, tú sabes. A veces existen las almas gemelas, y él es la mía
    Por fin termina sus explicaciones, se acerca a Rafel, lo abraza. Él continua inmóvil
    -Ojala me perdones- le susurra ella al oído- Tú también vas a encontrar a tu alma gemela, y comprenderás que esto fue lo mejor- lo suelta, le da un beso en la mejilla
    Rafael sale del letargo al sentir que ella quita la alarma de la camioneta para irse.
    -Eso es todo entonces- dice con la voz quebrada, muy bajito- Te enamoraste de otro y yo algún día deberé agradecértelo
    -Entiendo tu reacción- abre la puerta de la camioneta -Por cierto, hay algo más que debo pedirte
    -¿Algo más?- pregunta fastidiado
    -Esto va ser duro para mi familia. Mi papá es él que lo va tomar peor. Tú sabes lo que piensa de los compromisos, el honor y esas cosas de sus tiempos
    -¿Y qué tiene que ver conmigo?
    -Que le ahorres la vergüenza de pedirte tu renuncia. Tú sabes que aunque te aprecie y sepa que es mi culpa, la gente no vería bien que sigas trabajando ahí. Además nos tendríamos que ver a veces, y no creo que sea una buena idea
    -¿Es una broma?- pregunta incrédulo
    -No Rafael, y si no quieres hacerlo, esta bien- se altera un poco -Pero tú sabes que al final él te va pedir lo mismo. Igual y si lo haces voluntariamente, te lo va agradecer y después de pedirte disculpas te va recomendar con algún amigo. Piénsalo bien
    Rafael se ríe sarcásticamente, la mira fijamente y le dice:
    -Claro, cada quien ve su conveniencia y da algo a cambio para aliviar su conciencia. Lo entiendo, mañana presentaré mi renuncia
    -Gracias Rafael, no esperaba menos de ti. Siempre fuiste un caballero y sabes que ...
    -Ahórrate los elogios Susana- la interrumpe
    -Claro- baja la mirada -Alguien de la familia coordinará contigo acerca de la cancelación y todo lo que se deba hacer. Y una vez más, discúlpame
    -Sólo termina de irte por favor- la mira con lástima, como Carla lo miró hace unas horas
    Susana enciende la camioneta, cierra la puerta y se marcha. Inmediatamente Rafel sube al departamento, prende la laptop, y empieza a redactar su carta de renuncia. De pronto se detiene, coge el celular y escribe un mensaje de texto a Carla:
    "No renuncies, soy yo el que va renunciar. Susana no sabe lo nuestro, así que no tienes problema. Te Amo"
    ... pero ella nunca le respondió.



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    10 de noviembre de 2008

    Soledad y Destino


     
    Los martes son aburridísimos para Santiago. Asiste a clases por la tarde en una Universidad Privada de Lima, luego va al Francés y queda libre a las ocho de la noche. Pero sus amigos no están disponibles ese día. Micky acompaña a Liz a la universidad porque lleva un curso jalado, él la espera en la cafetería hasta que salga. Fredo tiene entrenamiento de Karate, aunque nunca compite porque se caga de miedo. Y Pato asiste al psicólogo porque lo estipula su matrícula condicional. Así que los martes no hay campeonato de Play Station, ni unas cervezas en el billar.

    Vanesa odia los martes porque no puede ver a su novio, él viaja a supervisar la planta de Chincha, y no regresa hasta el miércoles al mediodía. Ella trabaja en el área administrativa de un banco y sale a las ocho cada noche. Su mejor amiga siempre la esta llamando para tomarse un café -!no seas tan ingrata chola!- pero ese día tienes clases por la noche y no se pueden ver. Por eso los martes no hay última función en el cine, un café en Larcomar o besitos en el Olivar.

    Santi tiene veinticinco años. Cabello negro, porte atlético, más bien atractivo. Vivió dos años en Austin-Texas hasta que se aburrió y dejó la Universidad. Hace un año retomó sus estudios en Lima, por exigencia de su padre. Vive en una casa, muy espaciosa y linda, en Camacho. A él le parece un desperdicio porque siempre esta vacía. Su mamá, una ex-reina de belleza, trabaja para una importante revista de modas en Francia, y casi siempre esta allá. Su padre es asesor del Ministro de Economía y nunca está en casa. Santiago no se siente solo porque anda para arriba y para abajo con los amigos. Excepto hoy, que es Martes.

    Vanesa tiene cabello castaño oscuro y tez clara. Es hermosa y acaba de cumplir veintitrés. Graduada en Economía, vive sola en un departamento muy acogedor de la Av. Santa Cruz, en Miraflores. Casi nunca visita a sus padres, pues mantiene con ellos un conflicto al no estar de acuerdo con el ilegal negocio familiar. Tiene una vida metódica y lleva trabajando dos años en el Banco. Fue ahí donde conoció a su novio, hace siete meses, mientras él realizaba una transacción bancaria. Vanesa sabe que no esta enamorada de él, pero lo quiere mucho porque es un gran chico. A veces piensa que sigue a su lado sólo para poder compartir con alguien lo que siente, su vida. Menos los martes como hoy, claro está.

    Santiago tiene una rutina los martes. Pasa por una pizza camino a casa, se encierra en su cuarto. Prende la computadora. Contesta e-mails, reenvía cadenas, baja música. Chatea en el msn, revisa su Facebook, mira páginas porno. Sin embargo, esta noche no quiere ir a casa. Llama a Micky al celular, le dice por primera vez que se siente solo, que está harto de pasar los martes en su casa, que la odia porque siempre está tan vacía. Micky entiende lo que pasa, le dice que no hay problema. Le propone que pase por él a la cafetería de la universidad, y luego cuando salga Liz se van a tomar unas copas. Santi le agradece, cuelga. Sube al carro aliviado, no quiere otro martes igual en su vida.

    Todos los martes al salir del trabajo, Vane se queda sentada en el coche intentando vencer el rencor que le impide llamar a sus padres y decirles que irá a visitarlos. Nunca lo hace, piensa que ellos no merecen ese acto de valor. Pero hoy algo es diferente, no puede vivir siempre del mismo modo, todo harta. Marca el teléfono de su casa, le contesta su mamá. Le pregunta cómo está, la voz le tiembla. Su madre se queda en silencio unos segundos, le responde que no llame a esa casa, cuelga. Vane suelta unas lágrimas, se calma de inmediato. No va llorar por esos narcos, no va llorar por nadie. Este martes no tiene ganas de ver películas dramáticas mientras se come un pizza, hoy va a matar la rutina. Recoge el celular, le envía un sms a su mejor amiga. Le escribe que ha hablado con su madre, y fue un desastre. Confiesa que no quiere sentirse sola nunca más. Le avisa que la esperará en la puerta de la Universidad. Al instante Liz le responde, que busque a Micky en la cafetería y la espere ahí, todo va estar bien. Vanesa sonríe, enciende el motor. A partir de ahora los martes serán distintos.

    Santi conduce pensando en todos los martes que ha desperdiciado. Se arrepiente de haberse encerrado en casa sin brindarse la posibilidad de descubrir que hay más allá del pequeño circulo de amigos que aceptó y al que subconscientemente convirtió en su mundo paralelo. Está dispuesto a vencer el miedo de acercarse a otras personas por temor a que se alejen de él en algún momento. No seguirá huyendo del amor, de relacionarse con una chica. Se siente lleno de energía, valor y fuerza. Aún no tiene claro como lo comprendió, quizás hay un límite luego del cuál ya no puedes dañarte. Que importa, es martes y se siente fenomenal.

    Vanesa maneja por la Av. Javier Prado con una inusual sonrisa. Ha decidido firmemente que debe terminar la relación con su novio. Ella no lo ama, y menos aún puede depender de una sola persona para sentirse bien. La ha ayudado mucho, pero es momento que camine sola y enfrente la realidad de un mundo que puede ser cruel cuando eres débil. Sabe que él lo entenderá, y se alegrará por ella aunque eso signifique que se alejen un poco. Llamar a sus padres la hizo comprender que extendió ese miedo al resto de personas por temor a que la decepcionen del mismo modo. Ya no quiere más esa vida patética en la que una niña miedosa confía sólo en dos personas. Es martes y ha tomado una gran decisión.

    Santi y Vane se acercan al punto en el que dos vidas tan parecidas se encontrarán. Quizás fue la excitación por haber comprendido cosas que estuvieron ocultas dentro de ellos por tanto tiempo. O derrepente el hecho que debieron estar en casa en ese momento. Pero lo cierto es que la felicidad no pudo evitar que ambos no se vieran al llegar al cruce, ni siquiera pudieron mirar sus rostros. Sólo sintieron el estruendo y cerraron los ojos. Al fin de cuentas ya eran libres.

    Ambos tenían muchas cosas en común: soledad, miedo, decepción, un día en particular, una pizza en casa, una casa vacía, un vacío interior. Incluso se dirigían al mismo lugar. Tal vez si hubieran comprendido todo antes, habrían estado en un mismo coche, en otra avenida. Y nada de esto hubiera sucedido. Algunos dirán que fue simplemente el destino. Yo, que fue un accidente una noche de martes.

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    9 de noviembre de 2008

    Mujer Tenue

    Mujer misteriosa que visita mis pensamientos
    impregna en tu rastro aquel aroma de pecado
    que desangra lentamente mis prejuicios
    y alienta suavemente tus entrañas
    saciadas de ardiente contradicción

    Mujer extraña que ilumina mis deseos
    dejas ver tu sombra enamorada
    en rincones inexistentes de mi alma
    tan callada que destrozas al dolor
    liberándolo de su infame opresión

    Mujer amante de mis noches solitarias
    no permitas que avancen los relojes
    crueles dictadores de la vida
    que sentencian nuestra calma
    al llegar el toque del alba.

    Mujer prohibida por las leyes de un enigma
    no destierres a este siervo de tus sueños
    y sigamos ocultos en amaneceres indebidos
    presos de la lujuria incesante de una vida
    que se esconde en el límite de nuestros encuentros

    Mujer tenue no desaparezcas todavía
    esta vez juntos encontraremos la salida
    y desafiaremos la sensatez de un nuevo día
    arriesgando la brisa del encanto
    de una existencia indebida

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    8 de noviembre de 2008

    Amistades Nocivas

    Con el paso de los años he aprendido a identificar a aquellas personas con las que no debería tener ningún tipo de vinculo amical.

    Es en vano, por ejemplo, tolerar a personas que no tengan amigas lindas, dulces y solteras, dispuestas a tomar un café conmigo alguna noche fría.

    Tampoco recomiendo ser amigo de personas que escriben e-mails de forma abreviada como si fuese un sms. Y que además reenvían cadenas llenas de maldiciones, que terminan publicando tu e-mail a todo su circulo de amigos -en el que posiblemente esté esa impresentable persona, a la que habías dicho que odiabas la tecnología y jamás tendrías un correo o celular, y que gracias a eso te añadirá al msn o te saturará la bandeja de entrada con correos extremadamente aburridísimos-

    Debemos tener cuidado también con cibernéticos personajes que gustan de citarse por internet, ya que en su mayoría son mitómanos, bipolares y tremendos pajeros.

    Sugiero alejarse de personas que no tienen una mascota como mínimo, por ser insensibles, egocéntricas y posiblemente psicópatas.

    Es difícil considerar a cierto tipo de personas que llaman a tempranas horas de la mañana un Domingo, sólo para preguntar si su amada chica -que nunca le hará caso- fue a la fiesta a la que él no pudo asistir.

    Y son peores aún esos molestosos individuos capaces de despertarte en la madrugada para contarte que terminaron por vigésima primera vez con la desquiciada y tonta novia, sin ponerse a pensar que a esas horas de la noche "a mi que coño me importa su vida sentimental".

    No es fácil soportar a huachafos que te escriben por el msn con letras de fuente extraña y en colores chillantes, que no contentos con eso, han añadido cientos de íconos -con atajos en letra minúscula- que te complican la lectura hasta lograr que demores un minuto en leer cada linea.

    También me es imposible relacionarme con parejas odiosas y aburridas, que insisten en invitarte a reuniones para los de su especie, haciéndote notar directamente que debes conseguir una pareja tan neurótica como la de ellos.

    Tampoco deberíamos conocer seres que no lean un periódico serio cada día, y menos aún si no leen un libro al mes.

    Y sobre todo, nunca debemos acercarnos a personas como yo, que pueden absorber tu vida y hacerla pública sólo para tener algo de qué escribir.

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